3. Obra poética Un poeta alicantino
1941-1952 Maestro de postguerra
Mi único medio de subsistencia al finalizar la guerra fueron los conocimientos de latín que había aprendido en mi época de seminarista franciscano. Gracias a esos conocimientos en humanidades logré subsistir en Elche compaginando las clases en la academia de Vicente Ramos (quien sería mi amigo y primer editor) y en el colegio de la Asunción de Elche. Además participaba de todos los concursos poéticos que caían en mis manos y empecé a asistir a las incipientes tertulias literarias que estaban teniendo lugar en la Alicante de la postguera y que me abrirían las puertas de nuevas amistades que luego serían fundamentales para la publicación de mis primeras obras.
1945-1949 Primeras publicaciones
Durante los años 45 hasta el 49 publiqué mis primeros poemas en diversas revistas literarias de Alicante, como la revista Sigüenza, además gané algunos concursos de poesía en Elche.
En 1947 formo parte de la Peña Estilo, una tertulia literaria formada por Juan Serrano, P. Micó, R. Rodríguez y otros poetas, con quienes publico algunos de mis poemas en el primer y único numero de la revista Estilo, que luego se fusionaría con la revista literaria Verbo, dirigida por mis mecenas literarios Vicente Ramos y Manuel Molina.
Fue en estas tertulias literarias, y gracias a mi fama de duro conversador cuando me gané cariñosamente el apodo de “el maldito cojo de Santomera”.
Fue en la revista estilo en el año 47 donde publico mi poema sobre la fatídica riada que viene a mi pueblo.
1949-1959 Poemarios
ENTRE LA PIEDRA Y DIOS 1949. Editorial Ifach
Gracias todos los movimientos literarios en los que estaba inmerso en Alicante, y que dieron libertad y confianza a mi verso, puedo publicar mi primer poemario “ENTRE LA PIEDRA Y DIOS (1949)” auspiciado por dos grandes amigos y editores: Vicente Ramos y Manuel Molina, quienes lo publican en su colección IFACH, prologado por amigos también: José García Nieto y Salvador Pérez Valiente; y dibujos de Eloy Moreno.
Homenajeo en este libro con mis poemas a Miguel Hernández, vinculado en este primer libro como un discípulo más suyo, y aunque la época no es la mejor para publicar un libro de poemas inspirado en el estilo hernandiano del poeta, para mi es un honor llegar a ser posteriormente “el más visible epígono del poeta de Orihuela.”*
Julián peregrino
Una vez publicado mi primer libro comienzo a prepararme las oposiciones de justicia aconsejado por mis amigos alicantinos, consiguiendo la plaza en 1952, año en el que también moriría mi primo Marquina en un fatídico incidente que posteriormente fue novelado, y al que dediqué una de mis elegías en forma de soneto.
La consecución de la plaza en el Ministerio de Justicia me libera completamente de la docencia a la que estaba obligado a recurrir para sostenerme y poder seguir creciendo personal e intelectualmente en el ámbito de la poesía y la libertad, gracias a la independencia para poder viajar por toda España y parte de Europa, viajes que incorporo a mi obra poética.
Todos estos acontecimientos desembocan en lo que mi gran amigo Bautista calificó como “Julián peregrino”, ya que mis continuos viajes de tertulia en tertulia poética: Madrid, Barcelona, Alicante y Murcia, serían una constante durante toda mi vida. No dejando de lado mis visitas anuales a mi pueblo natal y a conocidos amigos de Murcia.
Destinos de Julián Andúgar siendo funcionario
1953-1954 Alicante
1954-1958 Madrid
1958-1961 Barcelona
1961-1963 Francia (excedencia)
1963-1977 Alicante
LA SOLEDAD Y EL ENCUENTRO 1952. Ediciones Rialp.
A principios de los 50 cierro en un libro dos poemarios que llevaba tiempo trabajando: uno llamado “La Soledad” y otro “Poemas del encuentro”, que recopilo bajo el titulo de “La Soledad y el Encuentro (1952)”.
Seria este libro el que me abriría las puertas de la crítica poética a nivel nacional, siendo galardonado con un accésit del Adonais, la más prestigiosa publicación de poesia editada por Rialp que ha existido en España.
DENUNCIO POR ESCRITO 1957. Ágora
Tras mi estancia de 4 años en Madrid como oficial de la Audiencia Nacional, y estar viviendo junto al padre Llanos en el pozo del Tío Raimundo, mi dimensión poética se define y de ello es muestra mi tercer libro DENUNCIO POR ESCRITO (1957), prologado por Concha Lagos, editora de la revista Ágora, y a cuyas tertulias asistía en Madrid.
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A BORDO DE ESPAÑA 1959. Joaquín Horta.
Sería este mi último libro publicado en vida, ganador del Premio “Acento”, editado por José María Castellet en Joaquín Horta editores, con dibujos de Guinovart. Al geografismo iniciado en “Denuncio por Escrito”, añado aquí el tesoro poético hallado en mi búsqueda de lo primigenio por las Españas reales y agrícolas: el flamenco.
Poemas en los años 60
Tras mi vuelta de Francia como profesor de español, me afinco definitivamente en Alicante y soy un asiduo a la tertulia poética en el Café Santos de Murcia, junto con Miguel Espinosa, Andrés Salom, Sánchez Bautista, José López Martí, María Pilar López, Antonio de Hoyos y otros asiduos de aquel oasis de cultura y creación de la Murcia de los primeros 60. Gané uno de los concursos que se llegaron a celebrar en el Café Santos, con mi poema “Carta a Monique”.
Fue en esta época cuando gano el premio “Homenaje a Cuba”, con el poema “El Vaya, Vaya”, delicia de recitadores y que está incluido junto a otros poetas españoles e hispanoamericanos en un libro recopilatorio.
EL CANCIONERO DEL SITIADO 1977. Instituto Estudios Alicantinos
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