5. Legado Toda esta tierra debe ser mañana

13 septiembre 1977 Muerte

Ingresé en el Sanatorio Cardiovascular de San Vicente del Raspeig con una angina de pecho el día 2 de septiembre de 1977, muriendo 11 días después, el 13 de septiembre de ese mismo año de un infarto de miocardio.

Estoy enterrado junto a la montaña y el campo a los que tantos versos dediqué en mis primeros poemas, en el cementerio de La Aparecida, donde vivía mi querido hermano Victoriano, a la falda de la Sierra de Orihuela. Las crónicas de los periódicos relatan un sepelio de kilómetros de acompañantes que cortaron la N-340 a su paso por Orihuela. Amigos de todos los partidos políticos, de todas las zonas de España que visité me acompañaron en el último día de mi vida. Una bandera del PSOE cubrió mi ataúd.

 

Reposo



Cementerio de la Aparecida
Lunes – Viernes
10:00-14:00 – 15:00-17:30
Sabados y Domingos
10:00-14:00 – 15:00-17:30


Ese mismo año, mis compañeros de la editorial universitaria alicantina, publicarían póstumamente mi último poemario que ya tenía preparado: Cancionero del Sitiado.

Años más tarde, a mediamos de los años 80, con la democracia instaurada en España y el socialismo siendo una realidad, se sucedieron diversos homenajes a mi obra de mano de grandes artistas como Bautista, que realizó una gran antología sobre mi obra, José Maria Galiana, quien musicalizó genialmente algunos de mis poemas, y decenas e incontables homenajes de mis compañeros de tertulias literarias (Salom, Díez de Revenga, Bautista, etc) y camaradas políticos como Martín Iniesta o José Vicente Mateo.

Fondos documentales extraídos de sus respectivas hemerotecas digitales. Fotos por sus autores.

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